martes, 17 de septiembre de 2013
Señales
Son señales!...., es lo que mi mejor amigo suele decir cada vez que le ocurre algo que a su entender le huele a presagio. Y es lo que me sucedió en las primeras horas del 2013.
La cena de año nuevo había acabado ya, en la calle una que otra bombarda tronaba a lo lejos. Con la barriga llena y algo de modorra decidí realizar mi primera navegación por la web del nuevo año. Ya se lo que pensaran algunos: Pedazo de nerd!..Año Nuevo y pensando en navegar por Internet!...y bueno, cada uno con sus gustos, si?. Encendí mi maltratada portátil Compaq 505 -ultra básico conjunto de electrónica barata y mal diseñada, pero fiel compañera de viajes y estadías en tierras lejanas. El led de encendido se iluminó, el tenue zumbido del disco duro se dejó escuchar. Me acomodé en la silla y...nada. La pantalla se mantuvo apagada... no volvió a encender. Tragedia.
El amanecer del primer día del año me sorprendió navegando por la web en una Pentium III de 863Mhz. y 512Mb. de Ram: mi querida PCsauria salió al rescate. Comprada de segunda mano, hace ya una década, cuando aún su fabricante no era chino y no iba tan retrasada en tecnología, resistía el paso de los años con dignidad, como máquina de respaldo. Sus principales funciones; navegar por Internet y abrir uno que otro documento las realizaba lentamente y con algunas limitaciones, pero cumplía.
Para la hora del primer desayuno del año la vieja Pcsauria había sido ascendida a "máquina principal". Vaporizar el sistema operativo de Guillermo Puertas del disco duro fue mi primer impulso, pero no era una opción válida; para el resto de usuarios aún existía la "necesidad" de un Guindous con su Ofis. Pero una cosa es utilizar el lento EquisPe de cuando en cuando y otra cosa muy diferente era utilizarla a diario, convertir la PCsauria en máquina de trabajo y aguantársela. Ni hablar!. Para ser mínimamente productivo y por sanidad mental tendría que instalar junto al desfasado EquisPe alguna versión de Linux optimizada para máquinas de escasos recursos para los estándares actuales.
Y mientras repasaba la lista de distribuciones Linux candidatas para la instalación de urgencia: "Vi la luz!". Mi tragedia informática era una "señal divina". La idea de hacer un blog sobre Linux desde el punto de vista y experiencias de un usuario común y corriente había estado rondando mi mente hacía ya buen tiempo, pero encontrar el tema principal me era esquivo, había tantos temas de los que me gustaría escribir. Pero ahora lo tenía claro. Las "señales" del Destino habían hablado.
Al igual que yo, deben haber algunas personas allá afuera teniendo que depender de computadoras con capacidades modestas para el día a día a quienes les gustaría tener un sistema operativo mucho más seguro ligero y estable que el EquisPe "de toda la vida", pero aún no tienen claras las opciones que Linux puede ofrecerles. Yo podría escribir sobre la instalación de Linux en máquinas antiguas o de segunda mano; ésta era la oportunidad ideal para aportar material relevante y experiencias de primera mano. Y aquí estoy, comenzando una aventura que espero sea de interés y utilidad a alguien más.
Definitivamente el destino manda "señales".
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